domingo, 11 de enero de 2015

Éramos jóvenes

"Éramos jóvenes, ¿qué podía pasar que me fuera a perder si todo pasaba a través del reflejo de sus ojos? Éramos eso, vida, y todo podía ser, todo sabía estar. Éramos luz, cantábamos en el coche canciones de un argentino que la llamaba por su nombre cuando yo no miraba. Éramos lo que quisimos, y jóvenes, con el mundo bajo nuestros pies y zapatos de los ochenta nuevos. Nos reíamos de todo, jugábamos cada noche a despertar al vecino, nos gustaba el cine, el teatro, los acústicos en sitios recónditos de la ciudad, odiábamos la cerveza, pero a veces brindábamos con una y siempre por nosotras, por lo jóvenes que éramos, que fuimos, "por ti, por tu risa y por tu pelo"; no nos gustaba el vino, precisamente porque éramos jóvenes y sabíamos que al paladar se le doma, como a la vida en 86.400 segundos, teníamos tiempo, todo el que corría por su reloj nuevo.

Éramos eso, jóvenes, vida, y precisamente por eso nos vivimos, y precisamente por eso, dejamos de hacerlo. Fuimos, en enero de 2015, éramos, además de jóvenes, nosotras.

Ahora ella está ahí afuera, viviendo en una ciudad cualquiera, quizá se encuentre en este mismo segundo visitando uno de esos sitios recónditos en los que tanto nos gustaba estar.
Ahora yo estoy aquí, dentro, en 2015. Sigo en enero, donde todavía somos, donde todavía no he escuchado un adiós. Aquí soy joven y sigo brindando por ti, por tu risa y por tu pelo. Todavía no me gusta la cerveza, pero si quieres, te invito a un vino, o escuchamos a Andrés y me doy la vuelta cuando te llame flaca. Si quieres cogemos el mismo avión, el de París y recordamos el 14 de febrero, si quieres salgo de aquí y volvemos a ser jóvenes o vida, mi luz. Si quieres, me dejo morir hasta que vuelvas. O me quedo aquí, como prefieras. Avísame cuando estés en el coche, como cuando éramos jóvenes, y nos creímos inmortales ante el futuro.

Te espero en nuestra argentina, flaca, no me faltes."

Marzo de 2016, Madrid.