¿Valoraciones? ¿Balances? ¿Balanzas?
Sobrepeso. Este año salimos de él con sobrepeso, de kilos también,
sí, pero de felicidad.
Porque la felicidad son cuatro kilitos
de más. Y que siempre sobre es mejor que falte. Que de faltas
entendemos todos, de ausencias y de echadas de menos estamos todos muy puestos y a veces se nos olvida un poquito sonreír.
En este 2012 he convivido con ausencias
otro año más, con faltas, sobre todo de amor. Será que le doy
demasiada importancia al mismo, será que qué menos que sentir en
esta vida para lo corta que es.
Compartir.
He entendido que la vida se
me queda pequeña cuando he sido consciente de la cantidad de libros
que me voy a dejar por leer, de la cantidad de frases que están
escondidas en páginas de librerías olvidadas, de antaño, de ayer, de
ahora, de mañana. Que la vida sigue, como siempre. Con los de
siempre y con los nuevos que llegan y son bien recibidos porque se
dejan recibir.
A mis amigos, a los de siempre, que
ellos lo saben, a mi esencia, a mi apoyo y mis viernes, a los que
antes eran mi rutina y ahora son mi evento extraordinario, gracias,
por seguir. Por hacer que esto avance.
A mi tercera fila, porque todos hemos
sentido que este año ha sido el nuestro, que nos hemos acercado un
poquito más y nos hemos dicho que nos queremos cuando lo
necesitábamos escuchar. Gracias por las tardes de biblioteca, por el
estudio compartido, por formar parte de mi día a día sino por
serlo.
A mi familia, que dando por hecho que
iban a estar ahí, lo han seguido haciendo. El abrazo más grande es
para ellos, para cada uno de vosotros, para vuestra entrada de año y
para vuestra salida de este infierno. Seguiremos
ardiendo, pero juntos.
Y por supuesto a ti, a lo que se ha
convertido en mi ausencia diaria, en mis cuatro kilitos de más, en
mi sobrepeso. A ti, mi amor, por tropezarte conmigo, por levantarte a
mi lado y por querer caer al unísono. Gracias por devolverlo, por
traerme de vuelta a las llamas y mantenerme helada.
Gracias Enya, por sumar fechas a mi
calendario, por pintarme las paredes del cuarto con besos, con
post-it, por ser burbuja en mi baño, por ser dirección equivocada pero bonita,
por ser poesía a media mañana.
Te quiero mucho, y te deseo una feliz
entrada de año y una buena salida, aunque no estemos siendo, estoy
contigo. Como cada día. Ojalá un año entero contigo.
A todos, os quiero y os deseo lo mejor,
pero lo mejor de corazón, no de palabra.
Al día, a la noche, a los desayunos, a
las butacas de los cines, a los domingos, a los días de agobio, a
los día de relax, a los zapatos que tiré y a los que me compraré
para pisar más fuerte todavía.
A los años, al progreso, al avance
dentro de este retroceso, gracias a la vida por dejarme escribir
esto, por darme un ratito más de oxígeno, por cuidarme.
Mi vida son todos ellos.
Mi 2012 se va con ellos.
Mi 2013 empieza, ojalá, con cada uno de ellos.